Son este tipo de cosas, las que a mi particularmente, me hacen ponerme en frente del ordenador y escribir unas palabras. Más allá de colores, de la animadversión que me creó en su momento y de enfrentamientos con mi pasión, que es el RMCF, van las personas como él.
Manolo Preciado era un hombre de carisma, de personalidad desbordante, decían muchos, hombre de fútbol, un tío que defendía a los suyos contra viento y marea (bien lo sabemos los madridistas), un personaje que decía las cosas tal y como le salían y no le hacía falta maquillarlas para quedar como un señor, un tío que no se escondía y decía las cosas directas y de cara, y que a pesar del enfrentamiento que tuvo con nuestro míster, muchos y yo entre ellos, pensamos que en realidad chocaron porque, en el fondo, eran muy parecidos, gente sincera que dice todo lo que piensa, sin rodeos y sin "maquillaje" por eso Manolo Preciado era un hombre de ¡¡¡HONOR!!!
Hay veces que no hace falta decir las cosas con buenas palabras para demostrar que se es un señor con mayúsculas, y él, lo era. En un mundo tan hipócrita como es el fútbol, en el que la mayoría dicen las cosas pensándolas ochenta veces o intentando quedar bien de cara al público, prensa o rival, personas como él hacen falta y son los que verdaderamente dan a este deporte su esencia y su verdadera cara.
Hoy desde Madridismo Activo, y desde un amante de este deporte, decir que se va un grande del fútbol y alguien que sin duda, ha dejado huella en este mundo. Y como el mismo dijo, en unas declaraciones cuando hace poco fallecieron su mujer y su hijo, en un breve espacio de tiempo...
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